La creciente rivalidad entre potencias ha devuelto la economía al centro de la política mundial. En un contexto de fragmentación y desconfianza, los flujos financieros, las cadenas de suministro y las tecnologías críticas se utilizan como herramientas de poder y de seguridad nacional.

China y otras economías emergentes impulsan un orden alternativo que cuestiona la legitimidad del sistema liberal nacido tras 1945, mientras Europa y Estados Unidos redefinen sus políticas industriales, energéticas y digitales para no perder autonomía.

La mesa reunirá miradas económicas, políticas y sociales no solo para explorar si estamos ante la creación de un nuevo orden global o ante la reedición de viejas estrategias con medios distintos, sino también para reflexionar sobre hacia dónde puede evolucionar este tablero geoeconómico en los próximos años.